Carlitos en Eslovenia

Apasionado por la música, las lenguas y la enseñanza, Carlos se desafió a vivir en la tierra de su amada, a quien había conocido en Irlanda. Y “¡la apuesta valió la pena!”, dice.

Desde febrero de 2005, Carlos Yoder (32 años) vive en Eslovenia, “un lindo paisito más chiquito que la provincia de Tucumán, y poblado por tan sólo 2 millones de personas”, cuenta. “Con mi novia -actual esposa- ya habíamos probado vivir en Buenos Aires por un tiempo, y como la cosa no había resultado buena para ambos, decidimos probar en el país de ella, Eslovenia. La idea original fue ir por un año más o menos y ver qué onda… y ya han pasado cinco años desde aquel primer y fiero invierno, por lo que puedo decir felizmente que ¡la apuesta valió la pena!”.

El guardarropa encima

“Sin dudas, lo que más me impresionó de la llegada a Eslovenia fue el frío. Tuvimos una semana entera con temperaturas mínimas de 20 grados bajo cero, cuando yo había salido de Argentina con 29 grados ‘sobre’ cero. Ahí fue cuando me di cuenta de lo mal preparado que estaba para el invierno: eché mano de casi todo mi guardarropa, y era como un hombre de Michelin caminando por Ljubljana. Una mañana inolvidable fue cuando llevé mi computadora al trabajo, a pie durante más de media hora, sorteando la nieve y el hielo, con 15 grados bajo cero.
A medida que fue pasando el tiempo, pude apreciar cómo el cambio de las estaciones se notaba fuertemente en la ciudad, las costumbres, y la gente. En Eslovenia apenas sale el primer rayito de sol primaveral, todos los bares sacan las mesas a la calle, y los eslovenos corren felices a tomar un café o una cerveza al lado del río, por más que haya 10 grados de temperatura (de hecho los bares suelen dejar mantas sobre las sillas que están en la vereda, para que los clientes se cubran en caso de que el sol se oculte y refresque).

Después de la novedad

“Creo que todo inmigrante ‘debe’ ser altamente adaptable. Parafraseando a mi inolvidable profesor de biología Gustavo Gagna, que decía que ‘el individuo se adapta, emigra, o muere’, yo esbozaría que ‘el inmigrante se adapta, muere, o se vuelve’.
Una vez que se fue apagando la ‘novedad constante’ de los primeros meses, empecé a sentirme un poco triste. No porque las cosas estuvieran difíciles en casa o  en el trabajo -¡gracias a Dios!-, sino porque me daba cuenta que mi vida se había transformado en algo bastante ‘chato’. De tener una vida con un buen trabajo, amigos de toda la vida, conciertos y alumnos regulares, pasé a otra donde más que nada iba de casa al trabajo y del trabajo a casa, y donde mis únicos amigos y confidentes eran mi mujer y su familia. ¡Pavada de cambio! Además noté que me reía notablemente menos que cuando vivía en Buenos Aires.
Si a esto le agregás que el idioma esloveno fue un obstáculo muy grande durante mucho tiempo (aunque en mi vida laboral y privada me manejaba en inglés) me sentí bastante aislado. Eventualmente aprendí el idioma -y la gente es buena y me dice que lo hablo bien-, pero fue una verdadera lección de humildad el volver a empezar a aprender una lengua desde cero, a los 27 años. Los idiomas siempre fueron una pasión para mí (y de hecho ahora soy feliz enseñando castellano en Eslovenia, un trabajo que muchos extranjeros se ven forzados a realizar, pero que a mí me encanta), pero el idioma esloveno fue dificilísimo de enfrentar… y al final no hubo demasiadas víctimas…”.

Curiosidad por otras culturas

“A través de mi blog conocí a una chica uruguaya casada con un esloveno, a quienes sigo viendo cuando la oportunidad surge, pero no fui activamente a buscar argentinos… no sé muy bien por qué. Quizás por mi rechazo al estereotipo del inmigrante argentino que se junta únicamente a comer asado, escuchar tango y putear al gobierno de turno (en sí mismo un estereotipo, ¡qué ironía!), o quizás por la curiosidad de conocer otras culturas en vez de encontrarme con la propia en el exterior.
La cuestión es que luego de un año y medio de vivir aquí conocí a un grupo de gente -todos eslovenos, sin ningún lazo preexistente con Argentina- que luego se transformaría en mi grupo de pertenencia, mis mejores amigos. Con ellos compartimos intereses, valores y proyectos, y los quiero mucho.
Aprender el idioma esloveno, o en cualquier caso el idioma del país donde se vive, es algo esencial, y se lo recomiendo a cualquier persona que decida emigrar a un país que no sea de habla hispana”.

Extrañando en diferido

“La nostalgia no creo que sea algo negativo, sino más bien algo muy capaz de disparar acciones o reflexiones muy positivas. Hecha esta aclaración, puedo decir que siento nostalgia de las cosas lindas que viví durante 27 años en Argentina, o mejor dicho, tengo lindos recuerdos, y me hace bien mantenerlos vivos.
Además de la gente (familia, amigos y colegas) extraño cosas materiales puntuales como los sánguches (¡no ‘sandwiches’!) de miga, la pizza de cebolla, los ‘criollos’ cordobeses, los helados de Cadore, los restaurantes del Barrio Chino o una buena barra de chocolate Águila embadurnada en dulce de leche.
Algo que descubrí con grata sorpresa fue que extrañar, extraño ‘en diferido’. Me explico: cuando estoy en Eslovenia, poquísimas veces me acuerdo del placer de ir un sábado a la mañana al Parque Rivadavia a revolver libros y revistas, pero cuando voy a Buenos Aires y finalmente lo hago, ahí se me viene toda la nostalgia junta, y me digo ‘pucha, cómo extrañaba esto’. Me encanta esta forma de extrañar, porque es indolora. Pensándolo bien, quizás sea un mecanismo de defensa, ¿no?
Como músico que soy, creo que lo que más extrañaría, de volverme a Buenos Aires, serían cosas de carácter auditivo: el canto de los pájaros (el mirlo y el ruiseñor, mis favoritos), el ruido de la lluvia sobre el pasto, esas cosas”.

Metamorfosis personal

“Soy una persona diferente a la que dejó Argentina, es verdad, pero la culpa no la tiene Eslovenia… El hecho de verme despojado de una de mis herramientas más sólidas de socialización (mi ‘don de gentes’) a causa de la diferencia cultural y lingüística, me hizo mirar más hacia adentro: escuchar más y hablar menos, mirarse al espejo, ‘bajar un cambio’ y ver qué es lo había que arreglar internamente. En broma alguna vez escribí que Eslovenia funcionó como ‘mi retiro espiritual’… pero quizás no haya sido algo tan lejano a la realidad.
Mi viaje a Eslovenia funcionó como catalizador de un proceso de cambio que ya existía latente en Buenos Aires, pero que floreció aquí. En pocas palabras, siento que en estos años me he transformado en una mejor persona, de acuerdo a parámetros totalmente subjetivos, por supuesto”.

Blogueando

“Las nuevas tecnologías de la información estuvieron siempre presentes, y continúan estándolo, en mi vida en Eslovenia. Tiene sentido, ya que trabajé con computadoras durante muchos años, y la comunicación (música, enseñanza, idiomas) es mi pasión. De hecho escribo un blog desde mi partida a Eslovenia, que originalmente fue para evitar mandar los ‘mails-chorizo’ a la familia y amigos. Luego, con los años, se transformó más en una guía extraoficial de cómo es la vida en Eslovenia para un hispanohablante, y eso alienó un poco al público original. Y me impulsó a crear ‘Eslovenia Corazón’, un portal dedicado a todo lo que tenga que ver con Eslovenia, en idioma español. Ahora mi blog ha vuelto a ser un vehículo donde volcar textos, opiniones y reflexiones personales, sin necesidad de ser además un servicio extraoficial de información turístico-legal sobre Eslovenia”.

Cambia, todo cambia

“Nosotros los inmigrantes tendremos presencia en nuestros países de origen siempre de una manera más o menos virtual, pero nunca idéntica a la que teníamos cuando vivíamos ‘en casa’. Las relaciones con tu familia y amigos cambian, es inevitable. Algunas se enfrían, otras se cristalizan, otras se trivializan, otras se pierden, pero igual no quedan: siempre se transforman”.

La Argentina

“Veo un país igual a ningún otro, atractivo por donde se lo mire, y lleno de gente interesantísima de la cual uno podría enamorarse en un santiamén. Esa belleza, ese atractivo, eso irresistible que tiene Argentina es algo que, ironía del destino, no pude ver hasta que me fui. En cambio las pálidas, la desigualdad, la corrupción, la pobreza, la falta de trabajo, la injusticia y todo lo demás, ya los conocía muy bien. Es un país hermoso, al igual que Eslovenia, Uruguay, Irlanda, Rumania, España, India, Chipre y tantos otros. El desafío está en elegir cuál es el país donde querés vivir, eso es todo.

Mis afectos en Argentina saben cómo vivo aquí y si bien hubieran preferido que yo viviera a menos de 12 mil km de distancia de Buenos Aires, entienden mi decisión.
Nadie sabe qué pasará en los próximos cinco, diez o veinte años. Quizás volvamos, quizás no… ¿Quién soy yo para andar dando pronósticos, al fin y al cabo?”.


Los blogs de Carlos

Eslovenia Corazón (http://esloveniacorazon.si)

Argentino en Eslovenia (http://blog.argentinaslovenia.com)

Publicado en 30N, EDICIÓN IMPRESA, 02/06/2010

15 Respuestas a “Carlitos en Eslovenia

  1. Bravo, por la cálida y reflexiva nota.Ser extranjero por elección, es un acto voluntario que evidentemente te ayudó a redondear tu personalidad y los huecos propios de la diaria rutina del pais de orígen, donde todo está ahí.Entiendo tanto lo que referís, que recuerdo la elección de mis abuelos,condicionados por la guerra y su adaptación en Argentina, que me hace pensar que encontraste tu lugar en el mundo!Mis queridos abuelos nunca olvidaron su patria, pero vivieron como argentinos, recordando sin nostalgia su pais……;decía la abuela:»Cuando se cruza el mar…se dejan tantas cosas…»pero se gana las que uno elige!!!! Besos

  2. Woauu !! que diferente se ven la cosa cuando lo explicas asi.
    tengo familia q elije todos los dias ser un extraño en otra tierra y nunca entendi el porque. Asi con esta nota me acerca un poco a su posicion totalmente diferente a la mia. No podria dejar mi pais Argentina me moriria de tristeza !!!! Cariños desde Bs As !!!

  3. No se cómo encontré esta página, pero ya estoy copiando el link para pasarselo a mi familia y amigos. Muchos todavía no me entienden y por ahí con tus palabras van a llegar a comprender mi decisión.
    Gracias! saludos

  4. Hola Carlos. No sé por qué cosas de la vida, hace un par de días empecé a pensar, porqué nunca hablé el esloveno. Fue el idioma que escuché en mi casa durante 29 años, entre mis abuelos y mi madre, que aún vive. Mis abuelos yugoeslavos, mi madre nació en Gorizia. Mi oído estaba tan acostumbrado, que cuando pasaban al español, no notaba la diferencia. Me da mucha pena perder las raíces, eso me preocupa. Y, aunque quisiera estudiarlo ahora, no sé si podría. La gramática es muy complicada. Conservo un par de libros, son un tesoro para mí. Además, es un idioma hermoso, tiene música para mis oídos. Te mando un cálido saludo.

  5. LA VERDAD Q BELLA EXPERIANCIAS EN ESLOVENIA Y EN ALEMANIA MI PAIS PREFERIDO ME ENCANTARIA UN DIA PODER DIALOGAR CON USTEDES PAS TODO EL DIA LEYENDO HISTORIAS Y ANEGDOTAS DE CADA UNO D UD Y LA VERDAD Q ADMIRO SUS PASIENCIAS LOGROS Y HASTA NOSTALGIAS…..YO PODRE ALGUNA VES DE MI VIDA PODER CONOCER LUGARES ASI…SOBRE TODO ALEMANAI Q AMO ESE PAIS CULTURALMENTE Y TODO LO DEMAS…..SUEÑO CON CONOCER RHEILAND PFAZ EN ALEMANIA—–ME ENCANTARIA PODER ESTABLECER UN DIALOGO USTEDES CHICOS JAJA ALGO DE ESLOVENO UNS SEÑOR AMIGO ME ENSEÑO COMO SER …PLABRAS COMO DOBRO JUTRO…..DOBER DAN…Y OTRO MAS JAJA NO RECUERDO AHORA OTRO DIA PODRE TRAER LO ESCRITO Q ESCRIBI PAAR APRENDER JAJA PUEDO DEJARLES MI CORREO SOY HERNAN DE MENDOZA ARGENTINA……MI CORREO ES THEWORLDISYOURSITE@HOTMAIL.COM EN MINUSCULA….ESCRIBIRLE…Y NADA QUISIERA PODER SR AMIGOS DE CADA UNO DE ESTE BLOG… ES TODO MUCHOS ABRASOS CALIDOS Y AFECTIVOS AH MI PATRIOTAR ARGENTINO…….ATTE HERNAN PALUDI

  6. ME GUSTARIA QUE ALGUIEN ME MANDE ALGUNAS PALABRAS YO NACI EN DUTTOGLIANO EN 1925 11 DE MARZO VINIMOS A LA ARGENTINA EN 1928 NUNCA REGRESE A MI PAIS NATAL ESLOVENIA ME GUSTARIA VISITARLO SERIA LO ULTIMO QUE AGA EN MI VIDA SI ALGUNO ME QUIERE MANDAR UN MAIL SE LO AGRADESERIA DE TODO CORAZON YON NACI EN LA CALLE COPRIBA

  7. ME GUSTARIA QUE ALGUIEN ME MANDE ALGUNAS PALABRAS YO NACI EN DUTTOGLIANO EN 1925 11 DE MARZO VINIMOS A LA ARGENTINA EN 1928 NUNCA REGRESE A MI PAIS NATAL ESLOVENIA ME GUSTARIA VISITARLO SERIA LO ULTIMO EN MI VIDA SI ALGUNO ME QUIERE MANDAR UN MAIL SE LO AGRADESERIA DE TODO CORAZON YON NACI EN LA CALLE COPRIVA 36

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